5 Razones para Perdonar

Muchas veces en mi cotidianidad  me encuentro con muchas “razones” por las cuales perdonar no sería mi primera opción. Y si me enfoco afuera, en la situación, en los demás, puedo fácilmente sujetarme al conflicto.

Y me pregunto en ese momento: ¿Quiero paz o continuar en conflicto? ¿Prefiero seguir aferrándome a mi razón y sufrimiento o liberarme de esa pesada carga?  Te invito a que también te hagas estas preguntas y reflexionemos juntos.

¿Cuántas personas se enferman mental, espiritual y físicamente por creer que sostener el resentimiento les garantiza inmunidad al dolor? ¿A qué precio, sino la de la propia paz?

Perdonar no significa negar lo ocurrido, ni justificar lo que sucedió. No significa tampoco que si perdonas a la otra persona ésta cambiará, tampoco que te den o te quiten la razón, ni te da derecho de controlar, manipular o castigar al perdonado luego que el mismo se arrepiente de lo sucedido.

Hoy te comparto 5 razones para perdonar:

  1. Perdonar es un regalo de  amor para tí y los demás:  porque es la llave que abre la puerta a la paz interior. Cuando le abres la puerta de la carcel del resentimiento a esa persona, no solo el preso se libera, tú también, porque no tienes que seguir vigilando el resentimiento y el rencor.
  2. Perdonar depende de tu elección, no depende de  tener la razón:  Si tienes la razón, ¿para qué luchas por ella? Cuando tienes claro tu objetivo más alto (la paz interior) la supuesta razón pierde valor.  Solo tú tienes la capacidad para elegir si quieres paz o conflicto, experimentar amor o miedo, ser buscador de amor y no de faltas. Y depende de tí.
  3. Perdonar te enseña que cada persona es única y su proceso de vida diferente. Que lo importante no es el juicio que  hagas sobre esa persona, incluso sobre  tí misma(o), sino que aprendas a reconocer que cada quien mira y vive la vida según sus experiencias y aprendizajes y que puedes elegir cambiar tu percepción de la mano de la Divinidad. El sacerdote católico, Ingnacio Larrañaga, lo resume de este modo: Si comprendieramos más, perdonaríamos menos. 
  4. Perdonar es vivir el  presente: Porque el presente está ausente de juicios e interpretaciones pasadas. El presente se experimenta, no se interpreta. El presente se vive, no se juzga.  Te percatas de ello cuando dices: Ay! El tiempo pasó volando! No me dí cuenta que era tan tarde! ¿Por qué? porque viviste! Porque, como nos enseña la Curación de Actitudes,  el ahora es el único tiempo que existe y cada instante es para amar. El perdón limpia tu percepción sobre los demás, sobre el mundo y sobre tí misma(o).
  5. Perdonar es practicar el amor: Porque Amor es lo que eres, lo que somos. Es un proceso interior.  Cuando perdonas puedes reconocer la verdadera esencia de quien tienes al lado (AMOR) y por ese reconocimiento, darte cuenta que ambos  son lo mismo.  Perdonar borra la falsa creencia de que tu paz depende de tus acciones o las de los demás. Perdonar es una práctica de cada segundo. Es aprender a ver la vida como un todo y no como fragmentos y que cada uno de nosotros forma parte de lo que yo llamaría, el puzzle de Dios. Contigo, conmigo, con los demás el puzzle se completa.

Hay razones válidas para perdonar, la más importante, elegir la paz, porque la paz es tu estado natural. Pide ayuda, el perdón es un proceso que se aprende de la mano del Espíritu, no con tus fuerzas, sino con el Amor, con el que podemos liberarnos y vivir en paz. Reconstruyamos a través del Perdón  el puzzle que ilusoriamente hemos querido separar.

Con cariño,

Zaidy.

 

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