Cómo enfrentar el miedo a los nuevos retos (PARTE I)

Para estas fechas, hace 9 años, escribí un artículo para el periódico HOY de República Dominicana titulado Cómo enfrentar el miedo a los nuevos retos y 9 años más tarde he querido revisarlo y nutrirlo con las experiencias y aprendizajes adquiridos durante ese tiempo.

9 años me han servido para aprender que para enfrentarse (ponerse cara a cara con alguien o algo) en este caso, el miedo, es necesario parar y dejar de huir de nosotros mismos. Para parar, considero por experiencia,  se necesita valor y responsabilidad.

¿Por qué valor? Porque justamente requerimos poner de frente lo que NO hemos querido ver por mucho tiempo. ¿Responsabilidad? porque nadie nos hace daño, ni siquiera la idea de miedo. Lo que nos hace daño son los pensamientos que libre y voluntariamente alimentamos en nuestra mente creyendo que hay alguien o algo que cambiar o controlar fuera de nosotros mismos. La señal de 🛑STOP está en cada uno de nosotros y solo nosotros, desde lo más profundo de nuestro Ser y con la ayuda Divina, podemos cambiar los pensamientos que nos lastiman y cambiarlos por  pensamientos generadores de armonía, paz y bienestar que siempre están a nuestra disposición.

Ahora bien, ¿qué son los nuevos retos?  Todo aquello que nos entusiasma y a la vez nos motiva a salir de la “resequedad mental” y de la “zona de confort”  y que en nuestro interior sabemos que estamos llamados a experimentar por el bien común.

Créeme cuando te digo que en 9 años retos he tenido y muchos. Uno ha superado al otro y me alegro por ello porque gracias a la osadía de vivir lo nuevo, gracias a la confianza en Quien me guía desde mi interior, hoy puedo decir que vivo la vida que he elegido vivir: una vida fructífera.

Cada reto interno y hasta el que parece externo nos ofrece una nueva oportunidad para crecer y alcanzar los objetivos deseados.  Solo que en este camino al alma mi forma de desear ha cambiado y los pequeños objetivos se han unificado en mi mayor objetivo a alcanzar, la Paz , poniendo el Perdón como principal herramienta para experimentarla.

Y te pregunto: ¿Qué deseas para ti en este nuevo año que se avecina? ¿Has preguntado al Amor lo que  quiere para ti? ¿Y tú, querrías lo mismo?

Hay que ser claros aquí: Yo he deseado un montón de cosas, experiencias, personas creyendo que eran la fuente de mi felicidad. No son las cosas o las personas las que nos alejan de la paz y la dicha, sino el orden de prioridad que damos a eso que deseamos y la función que le damos.

Así que te  pregunto: ¿Lo que deseas, te acerca o te aleja de la felicidad? Eso que deseas, ¿en qué orden de prioridad se encuentra? Y ¿para qué quieres lo quieres?

Hace poco, muy poco tiempo entendí que no tengo que eximirme o cohibirme de lo que quiero siempre y cuando lo ponga a disposición de Dios para despertar. Si, para despertar de la idea alocada de que ando perdida, separada y sin rumbo y para colmo sin GPS para regresar a Casa, el Amor. Idea alocada porque nunca ocurrió. Idea alocada porque todos estamos unidos en el Amor y el Amor es uno solo.

Mi gran reto hoy en día es poner toda mi vida, experiencias, relaciones, deseos y objetivos al servicio de todos y de Todo. ¡Y no crean que eso es fácil! ¡Ay noooo! Porque hay cosas que solo quiero para mí pasando olímpicamente de compartirlo. Sonrío mientras escribo porque me acuerdo de mi abuela materna, Mami Cristy que cuando le regalaban dulces o chocolates decía que eran solo para ella, como una niña exclamando ¡es mío! ¡es mío!

Hoy  entiendo que lo que quiero para mí y no lo pueda compartir no me traerá felicidad. Lo que verdaderamente da gozo es compartir porque compartiendo se multiplica todo, hasta los peces y los panes.

Como bien dice la Curación de Actitudes,  Un Curso de Milagros y toda religión o filosofía basada en la paz: Dar y recibir son en verdad lo mismo.

Y así, teniendo en cuenta lo que significa enfrentar el miedo, tener valor y responsabilidad ante los nuevos retos, me despido por el momento.

Te invito a reflexionar y ampliar la mirada, recordándote que siempre estás pisando suelo firme (aunque pareciese que no) y ese suelo firme es el Amor. Mira dentro y re-conócelo, re-conócete limpiando la mirada y liberándote de las creencias que generan conflicto para vivir los retos con corazón y mente abiertos y dispuestos a la Paz.

Nos vemos en la segunda parte…

Mientras, ¡comparte y expande!