La Despedida

En este camino de vida que conduce al alma, requerimos despedirnos de creencias, programas mentales, costumbres, personas y demás cajas repletas de polvo y sentimientos añejos que se acumulan en el sótano del alma. Podemos y estamos llamados a vivir responsablemente desde la Paz interior y completamente libres de un pasado que pretendemos resucitar o condenar al infierno en este presente (dependiendo si ese pasado fue feliz o conflictivo).

Cuando toca, toca y en mi experiencia, el proceso de despedida duele y duele por la falta de confianza en Dios, que nada tiene que ver con el tiempo y sí con la Eternidad Presente. Sin embargo, me he dado cuenta que duele más continuar llevando un peso que no me corresponde, duele más no tomar acción y emprender un camino nuevo, que descubro de la mano de Dios.

¡Ya no más! No estamos para cuentos ni para historias, ni para perder el “tiempo” y menos para distraernos de nuestro objetivo principal, la paz. Estamos aquí para ir despertando a la plenitud de nuestro ser que ya es y que puede ser manifestada en nuestro diario vivir. Estamos aquí para remover el velo de nuestros ojos con la fuerza del Espíritu y des-cubrir nuestra mente desde la Visión real y dejando de lamentarnos por nuestra miopía existencial.

Ahora es el único momento que existe y cada instante es para amar. Esto nos enseña la Curación de Actitudes.

Hoy te invito a que reflexionemos juntos:

¿Estoy viviendo mi presente en plenitud o me cuesta despedirme de las historias de un pasado que no existe?

¿Realmente estoy dispuesto a profundizar y hacer limpieza de mi espacio interior y exterior para liberarme de lo que no uso y que probablemente había olvidado que estaba en el viejo depósito del pasado?

¿Qué importa más, mi paz o mis apegos?

¿Poseo la fuerza, el tiempo, la voluntad de emprender este camino al alma? Cariño, te cuento que con Dios todo es posible y que jamás es demasiado tarde, no estás solo, vamos juntos en esto.

Justo te escribe una mujer que pasa por lo mismo que tú, ahora de manera consciente y responsable, sin victimizarme, que duele en vez de sufrir y que agradece en vez de condenar. Somos Amor y desde esa consciencia, nuestro camino y todo lo que emprendamos será bendecido por el Amor de nuestro Padre aquí y ahora.

Te invito a que te despidas, a que dejes de esperar, a que des el paso, a que expreses lo que te ahoga, a que no dependas de otros para ser feliz y a la vez compartas tu felicidad con los demás, abriendo tu corazón para que el aroma de la paz sea el aviso de que estás preparado y listo para vivir este instante desde el Amor. No vale la pena mirar hacia atrás y lamentarse. Mira hacia adelante en este presente que Dios nos regala y agradece por todo, en pura aceptación de lo que es. La gratitud es la clave para poner punto final al pasado y recibir con manos abiertas el Presente que está al servicio de la Paz, disponible para ti a cada instante, a pesar de los juicios que tienes de ti mismo.

Perdónate por creer que pudo haber sido de otra manera, perdónate por creer que lo que no fue pudo ser, perdónate y despide tu pasado en gratitud. Perdónate y vuelve a nacer, eligiendo dar y recibir los regalos del Ahora que por mirar hacia atrás, no lograbas reconocer.

El pasado no lo podemos borrar, sí podemos aprender de él deshaciendo los apegos. Así que dile al pasado junto conmigo: Me despido de ti, ahora es el único tiempo que existe y cada instante lo dedico a amar. No sé cómo, Dios sí sabe y me lo enseña a cada instante.

 

Te abrazo en mi corazón.

Zaidy.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Vuelve al inicio